El violinista del Guildhall School
Los actores del último curso del Guildhall School de Londres se despiden con la prueba de fuego de interpretar un musical. Este año les ha tocado la obra de Jerry Bock, música, Sheldon Harnick, letras, y Joseph Stein, libreto, El violinista en el tejado. Un clásico del género que fue estrenado originalmente en Broadway en 1964.
La producción se presenta como amateur, pero es mejor que muchas profesionales. Martin Connor vuelve a realizar las tareas de dirección, de nuevo logra sacar todo el potencial del reparto, desde sus protagonistas hasta el último figurante representan su papel con precisión y sabiduría.
Uno de los mayores gozos de asistir a una de estas representaciones es poder escuchar la música interpretada por una gran orquesta. Los más de treinta integrantes de la orquesta están baja la batuta de Steven Edis. Cada una de las notas escritas por Jerry Bock suenan con claridad y precisión, las melodías llenan el auditorio y transportan al público a Anatevka.
James Goodwin es la encargada de la coreografía, su momento estelar es el sueño de Tevye, un número que consigue mostrar la iniciativa y la conexión con la dirección escénica. Adam Wiltshire ha diseñado un escenario con muy pocos elementos pero los necesarios para situar la acción en un pueblo ruso de 1905.
Un buen trabajo de todo el equipo artístico y técnico que los espectadores premian con aplausos en cada uno de los temas musicales y reciben a los protagonistas con una gran ovación al final de la representación.