Ragtime
La última producción de National Youth Musical Theatre de este verano ha sido el musical de Terrence Mcnally, Lynn Ahrends y Stephen Flaherty.
Ragtime adapta la novela de Edgar Lawrence Doctorow publicada en 1975. Un relato de ficción histórica que cuenta la vida de tres familias de diferente estrato social en Estados Unidos de 1902 a1912. En la narración aparecen personajes secundarios, famosos en el periodo que transcurren los hechos como el escapaste e ilusionista Harry Houdini, el industrial Henry Ford, la artista Evelyn Nesbit o la activista política Emma Goldman. A principios de los ochenta Milos Forman dirigió la adaptación cinematográfica.
La premier de Ragtime el musical tuvo lugar en Toronto en 1996. Un año más tarde llegó a Broadway convirtiéndose en una de las producciones más caras de la época, la puesta en escena incluía fuegos artificiales y un ford modelo T. Obtuvo trece nominaciones a los premios Tony, de los cuales obtuvo: libreto, música, orquestaciones y actriz secundaria. Contó con reparto de lujo: Marin Mazzie, Brian Stokes Mitchell, Audra McDonald, quien por su actuación obtuvo el tercero de sus seis premios Tony, o Lea Michele.
En 2003 se realizó la primera producción en Londres, con una puesta en escena más cercana a un concierto que al derroche de Nueva York. La primera reposición se realizó en 2012 en el teatro al aire libre de Regent’s park, la segunda en 2016 en el Charing Cross theatre.
El montaje de Ragtime de National Youth Music Theatre es de una belleza extraordinaria. La dirección de Hanna Chissick vuelve a conseguir un reparto compacto que se entrega en escena con gran profesionalidad. Recordamos que la institución NYMT prepara a jóvenes, en esta obra el más pequeño tiene 12 y los mayores 23. Libby Todd ha resuelto toda la escenografía con dos elementos, como telón de fondo una gran bandera estadounidense segmentada, el resto de los elementos se forman con equipaje, desde el jardín de la casa, hasta el trapecio desde donde se presenta Evelyn Nesbit. Las maletas como símbolo de cambio, de viajes, de llegadas de inmigrantes, de movimientos artísticos. Para complementar una creación artística de ensueño, los movimientos y coreografías de Nathan «Neo» Gordon son de una perfección absoluta.
La orquesta formada por veintidós músicos de entre 15 y 22 años, dirigidos por David Randall transmitieron todos los matices que contiene las composiciones de Stephen Flaherty.
Es difícil distinguir actuaciones especiales porque todos los participantes estaban a la altura de su papel. Sin embargo, hay que destacar Lucy Carter en su papel madre, su voz y dominio del escenario consiguió enamorar al público.
Esta es la cuarta producción que he visto de NYMT dirigida por Hanna Chissick, al igual que en las anteriores (Sunday in the park with George, The beautiful Game y Parade) he salido del teatro con la satisfacción de haberme divertido, emocionado y pensando que tal vez es lo mejor que he visto esta temporada.